Consideraciones a tener en cuenta con el cambio de Correa de Distribución
Entre las muchas averías que puede sufrir un auto por desgaste, existe una que destaca por encima de todas ellas por su gravedad. Estamos hablando de la rotura de la correa de distribución, una avería que puede resultar muy cara de reparar y que sucede de forma totalmente imprevisible. Sin embargo, aunque la rotura de esta correa es imprevisible, sí que resulta completamente evitable si prestamos atención a sus signos de desgaste.
La correa de distribución se encarga de sincronizar el funcionamiento del motor entre sus distintas partes. Concretamente se encarga de coordinar el movimiento del cigüeñal con el árbol de levas. Por este motivo, si sufre una rotura sus consecuencias son imprevisibles. Puede causar desde averías pequeñas “fáciles de reparar” hasta daños que destrocen completamente el motor con un coste de reparación desorbitado.
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Cambio de correa de distribución en función de sus kilómetros
Los fabricantes de automóviles establecen unos intervalos para realizar el cambio de la correa. Esta información la encontrarás en el manual de propietario del auto en cuestión.
Si el fabricante recomienda cambiar la correa de distribución cada 100.000 km, deberás hacerlo con preferentemente con anterioridad, a los 80.000 km.
Cambio de correa de distribución en función de su antigüedad
Del mismo modo que sucede con los kilómetros, el fabricante del vehículo también recomienda un plazo de tiempo máximo para realizar la sustitución de la correa. Si no se indicara un plazo en el manual de propietario, lo recomendable es cambiar la correa de distribución cada 5 años o, al menos, llevar a cabo una minuciosa comprobación.
Una Correa en mal estado. Cuando la correa de distribución presenta un serio desgaste, este se manifiesta en un principio con la presencia en la correa de grietas, cuarteamiento, dientes desgastados o una goma seca y muy rígida. Si identificas cualquiera de estos síntomas probablemente debas cambiarla.
Falta de tensión en la Correa. La correa está sujeta mediante tensores. Estos deben gozar también de buena salud. Si percibes falta de tensión en la correa de distribución es muy probable que sea por culpa de un tensor dañado. También puedes encender el auto y prestar atención a la presencia de ruidos extraños a ralentí y al acelerar. Si notas cualquier ruido extraño proveniente del lugar donde se encuentra la correa de distribución, es probable que alguno de los tensores estén fallando.
Pérdida de Líquido Refrigerante en la Bomba de Agua. En la actualidad muchos autos modernos cuentan con que la bomba de agua se encuentra movida también por la correa de distribución. Si la bomba de agua se avería en algún momento presentando pérdidas de líquido, éste con total probabilidad, dañará la correa. Esto se debe a que el líquido refrigerante es corrosivo, y por tanto, la desgastará prematuramente. En estos casos se debe adquirir un Kit de Distribución y sustituir todas las partes: correa, tensores y bomba de agua.
Nuestro consejo como expertos es que siempre prestes atención a este componente de tu vehículo. La existencia de unas condiciones y plazos para la sustitución de la correa de distribución existen por un motivo y es conveniente respetarlos.
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